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Sofía Mireles-González en la celebración de fin de año del Programa de Asistencia para Estudiantes Migrantes. Cortesía de Mireles-González
Durante cuatro años, la Universidad Estatal de Michigan fue testigo de mis caídas y mis levantadas, todo en la búsqueda de mi sueño de convertirme en la primera de mi familia en obtener un título universitario.
Soy originaria del Valle del Río Grande, Texas, una comunidad fronteriza ubicada a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
Estar lejos de casa nunca fue fácil. Fui criada en un entorno familiar donde nos apoyábamos mutuamente en todo. Las comidas caseras eran lo que aliviaba mis días malos, y las reuniones familiares siempre estaban llenas de risas. Al irme a la universidad, dejé atrás no solo a mi familia, sino también la comodidad de escuchar música regional mexicana durante nuestras carnes asadas, la alegría de jugar lotería con mis seres queridos, hablar mi lengua materna todos los días y mucho más.
Fue un sacrificio, pero uno que hice con la esperanza de abrir nuevas puertas no solo para mí, sino también para mi familia, mi comunidad y las futuras generaciones.
Asistir a una institución predominantemente blanca como estudiante universitaria de primera generación y latina trajo consigo desafíos para los que no estaba preparada. Hubo muchas veces en las que me pregunté si realmente pertenecía, si mi acento era demasiado fuerte para ser entendido, si mi origen era muy diferente para ser aceptado, o si mi historia realmente importaba en espacios donde pocas personas se veían o hablaban como yo.
En 2024, Mireles-González se convirtió en exalumna de *Latino Reporter* con la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos, donde publicó su primer artículo en español examinando la difusión de desinformación entre las comunidades latinas durante las elecciones presidenciales de 2024. Cortesía de Mireles-González
La Universidad Estatal de Michigan me brindó la oportunidad de descubrir una versión de mí misma que nunca esperé llegar a ser. Aquí descubrí nuevas fortalezas, nuevos intereses, desarrollé mi potencial y comencé a ver el mundo con una perspectiva diferente.
Pero nada de esto habría sido posible sin el apoyo de las organizaciones e individuos que me permitieron presentarme tal como soy, me animaron a tomar riesgos, a liderar y me fortalecieron para perseguir mis metas incluso cuando el camino no estaba claro.
Comencé mi camino en MSU como parte de
IGNITE, seguido por
MAGIC, dos programas que se llevan a cabo durante el verano y que están dirigidos a estudiantes de nuevo ingreso. Estos programas me conectaron con recursos esenciales en el campus desde el inicio de mi trayectoria universitaria.
A medida que me fui adaptando a la vida universitaria, me involucré con organizaciones latinas y participé en iniciativas que realmente moldearon mi éxito y me ayudaron a encontrar mi propósito en Michigan State.
Sofía Mireles-González fue la presidenta de la 30ª Conferencia Anual del Día de la Mujer en 2025. Foto por Marisa Laura Photography
Formé parte del comité organizador de la Celebración Conmemorativa de César Chávez y Dolores Huerta, trabajé para el pódcast “Qué Onda Michigan?” de WKAR, fui mentora en el Programa de Mentoría Latina, asistí a dos conferencias de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos, lideré la 30ª Conferencia Anual del Día de la Mujer como presidenta del comité, me convertí en hermana de Lambda Theta Alpha Latin Sorority, Incorporated y viajé al extranjero a México y España.
Como becaria del programa CAMP, llevé con orgullo la resiliencia de mi comunidad durante todo mi tiempo aquí, y me voy de MSU con el corazón lleno de gratitud por todas las lecciones aprendidas.
Mi esperanza es que, a través de mi historia, otras personas se sientan representadas y motivadas a tomar riesgos — a creer que ellas también pertenecen a espacios que no siempre fueron construidos para nosotras. Recibir mi título es más que un logro personal; es el resultado de años de sacrificio, dedicación y fe inquebrantable. Representa cada lágrima, cada desvelo y cada paso dado no solo por mí, sino por mi familia, mi comunidad y cada estudiante de primera generación que sueña con crear un mejor futuro para sí mismo.